Leemos con asombro que el Gobierno quiere cargarse los sistemas de descarga P2P para el 201o. Las multinacionales y la incapacidad para evolucionar han triunfado gracias al poder público. Triste. Vivimos en una sociedad que cada vez demanda nuevos productos pero también observamos que las industrias, en especial la musical, no solo no han sabido adaptarse y evolucionar para ofrecer nuevas tecnologías sino que mucho de lo que ofrecen está ya desfasado.
Antaño llegabas a casa con tu LP o el Vinilo, lo colocabas en el aparato y lo escuchabas. Hoy día, y desde hace más de 15 años llegas a tu casa con el CD, lo pones en el aparato y lo escuchas. La industria ofrece todavía un sistema de almacenaje totalmente desfasado que no tiene nada que ver con los nuevos sistemas de reproducción utilizados hoy día (iPod, mp3...). Es normal replantearse para qué comprarse un CD si al llegar a casa tendrás que cambiarlo de formato. Eso sí, te lo cobran bien cobrado. Para darnos cuenta de este fracaso monumental podemos ver como ha vuelto a salir a la venta el vinilo. Avanzamos para atrás.
La industria de cine aún ha sabido evolucionar un poco. Ha ido creando el VHS, el DVD y ahora el BluRay. Pero la sociedad actual, que no es tonta, no admite que te cobren lo que te cobran por ir al cine para sentir la misma sensación que sentíamos hace 20 años. Los cines actuales nos ofrecen mejor envolvencia sonora y de imágen pero el fondo no ha cambiado lo más mínimo.
Ir al cine ha dejado de ser una forma de ocio de fin de semana debido al abuso económico. La gente quiere que la cantidad de dinero desenbolsada por entrar al cine o por comprar un CD musical se vea reflejado en calidad. Y ya no nos arriesgamos, llevamos mucho tiempo sufriendo la falta de creatividad, la repetitividad y el maltrato al consumidor. Más viendo cuando a España no llegan productos que sí llegan a otros países europeos.
La industria parece haber culpado de su propia falta de ideas a los sistemas P2P de descarga. Alguien lo tenía que pagar. Y es una pena, ya que con el P2P es la única manera de encontrar películas descatalogadas o que nunca han salido o saldrán en DVD. Igual digo de la música o de cualquier documento o libro.
Y es evidente que estos sistemas, como cualquier otro, se debe regular y restringir. Pero no prohibir o condenar y menos cuando gracias a ellos los estudiantes y los pequeños empresarios pueden encontrar programas informáticos vitales para el funcionamiento normal de su trabajo y no quedar relegados a una posición desfavorecida frente al gran capital.
Así pues, las grandes compañías discográficas y de cine, en vez de buscar nuevas tecnologías para el progreso del entretenimiento se han estancado en las últimas décadas. Difícil de entender cuando se han tenido que enfrentar a un sistema de piratería que sí ha sabido, no solo adaptarse sino también controlar y ser la fuente guía y de inspiración para las industrias. Pero gracias a esta prohibición de uso de los sistemas P2P, como se pretende, las industrias tendrán justificado el estancamiento otras décadas más. Felicidades.
Por otro lado que nadie piense que justificamos la piratería. Pero en este momento creemos que el Gobierno ha tomado el camino fácil de nuevo, como ya lo tomó con el famoso cánon. En vez de regular el sistema de descargas para evitar que películas y música se puedan descargar en su estreno lo piensa prohibir y hacer de la presunción de delito la ley. Una pena.
Antaño llegabas a casa con tu LP o el Vinilo, lo colocabas en el aparato y lo escuchabas. Hoy día, y desde hace más de 15 años llegas a tu casa con el CD, lo pones en el aparato y lo escuchas. La industria ofrece todavía un sistema de almacenaje totalmente desfasado que no tiene nada que ver con los nuevos sistemas de reproducción utilizados hoy día (iPod, mp3...). Es normal replantearse para qué comprarse un CD si al llegar a casa tendrás que cambiarlo de formato. Eso sí, te lo cobran bien cobrado. Para darnos cuenta de este fracaso monumental podemos ver como ha vuelto a salir a la venta el vinilo. Avanzamos para atrás.
La industria de cine aún ha sabido evolucionar un poco. Ha ido creando el VHS, el DVD y ahora el BluRay. Pero la sociedad actual, que no es tonta, no admite que te cobren lo que te cobran por ir al cine para sentir la misma sensación que sentíamos hace 20 años. Los cines actuales nos ofrecen mejor envolvencia sonora y de imágen pero el fondo no ha cambiado lo más mínimo.
Ir al cine ha dejado de ser una forma de ocio de fin de semana debido al abuso económico. La gente quiere que la cantidad de dinero desenbolsada por entrar al cine o por comprar un CD musical se vea reflejado en calidad. Y ya no nos arriesgamos, llevamos mucho tiempo sufriendo la falta de creatividad, la repetitividad y el maltrato al consumidor. Más viendo cuando a España no llegan productos que sí llegan a otros países europeos.
La industria parece haber culpado de su propia falta de ideas a los sistemas P2P de descarga. Alguien lo tenía que pagar. Y es una pena, ya que con el P2P es la única manera de encontrar películas descatalogadas o que nunca han salido o saldrán en DVD. Igual digo de la música o de cualquier documento o libro.
Y es evidente que estos sistemas, como cualquier otro, se debe regular y restringir. Pero no prohibir o condenar y menos cuando gracias a ellos los estudiantes y los pequeños empresarios pueden encontrar programas informáticos vitales para el funcionamiento normal de su trabajo y no quedar relegados a una posición desfavorecida frente al gran capital.
Así pues, las grandes compañías discográficas y de cine, en vez de buscar nuevas tecnologías para el progreso del entretenimiento se han estancado en las últimas décadas. Difícil de entender cuando se han tenido que enfrentar a un sistema de piratería que sí ha sabido, no solo adaptarse sino también controlar y ser la fuente guía y de inspiración para las industrias. Pero gracias a esta prohibición de uso de los sistemas P2P, como se pretende, las industrias tendrán justificado el estancamiento otras décadas más. Felicidades.
Por otro lado que nadie piense que justificamos la piratería. Pero en este momento creemos que el Gobierno ha tomado el camino fácil de nuevo, como ya lo tomó con el famoso cánon. En vez de regular el sistema de descargas para evitar que películas y música se puedan descargar en su estreno lo piensa prohibir y hacer de la presunción de delito la ley. Una pena.
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