jueves, 7 de febrero de 2008

Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Los obispos españoles vuelven a las cavernas, se han quitado su máscara de ente espiritual apolítico que les caracterizó durante la transición (tal vez para maquillar la mala imagen que tenían por su apoyo al régimen) y han dejado ver su auténtico rostro, el de una iglesia reaccionaria y ambiciosa, deseosa de intervenir en política, intentando influir al máximo el signo de las elecciones del 9-M.
Han olvidado que son los representantes de Dios en la tierra, ahora son los representantes de un partido en España. Ya no se centran en lo divino, ahora objetivo es que no repita Zapatero. ¿Aceptará su jefe del reino celestial el pluriempleo? ¿Le retirarán los obispos la palabra a su jefe terrenal en Roma puesto que Benedicto bendijo el proceso de paz?
Señores y señoras la conferencia episcopal entra en campaña.

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